lunes, 17 de septiembre de 2007

Pensar por tí misma.

Abstract.

Todo el mundo nos dice qué creer, qué es lo correcto, pero el hecho es que si lo analizas, sólo estamos repitiendo esquemas que en el hecho están fallando, es por eso que pregunto ¿te has planteado la posibilidad de probar nuevas fórmulas que te permitan llegar a tus propios paradigmas, pensar por tí misma?

La historia empieza siempre igual: un hombre y una mujer se conocen, se gustan y con el paso de los días sienten un profunda necesidad el uno por el otro y seguro habrá sexo. Pero los caminos para obtenerlo, en uno y otro son distintos: para él las cosas deberían darse sin muchas complicaciones, sin nos gustamos ¡hagámoslo! lo que ella también desea... pero "nos casamos ¿eh?". Finalmente sucede: el sexo y el matrimonio.

Pero cuando el tiempo pasa, la emoción se disipa, la chispa se apaga a fuerza de rutina, costumbre, decepción, la gente se siente sola, lo cual me lleva al punto que deseo tratar: son pocas las mujeres casadas que conozco que afirman ser felices; quien si lo es en verdad la felicito, pero aquellas que verbalizan su decepción, incluso ahora se pregunta en qué estaban pensando cuando optaron por andar esta aventura.

Triste ¿no creen? sobre todo para quienes como yo, creen firmemente en la pareja y la familia y que miro -sin sentirme ajena y sólo ver la viga en el ojo ajeno-, como la sociedad mexicana está en crisis y con ella a las parejas, la familia, la relación de hijos con padres, viceversa y un largo etcétera.

Y planteando el asunto a las mujeres luego de los 30, casadas y solteras, pregunto: ¿por qué no son felices? Luego de estarlo meditando y considerar la experiencia propia y ajena de varios años, me parece que tanta infelicidad puede estar relacionada con razones de fondo, atribuibles a la estructura, los paradigmas y la forma de comprender el mundo. Pareciera que ser, amar, estar, fuera algo autoinferido por el ser humano siendo, considero, que como todo arte y conocimiento que se respete, exige tiempo y conocimiento.


Todo el mundo nos dice qué creer, qué es lo correcto, pero el hecho es que si lo analizas, sólo estamos repitiendo esquemas que en el hecho están fallando, es por eso que pregunto ¿te has planteado la posibilidad de probar nuevas fórmulas que te permitan llegar a tus propios paradigmas, pensar por tí misma? Analicemos algunos factores que creo podrían haciendo a las mujeres la vida un infierno... o un paraíso, a según.

Sin duda el factor clave, el más espeso, es creerte que sólo cuando eres madre te "realizas" como mujer. ¿Habrase visto argumento más injusto? Para toda mujer, ser madre es digamos, un derecho divino, nuestro privilegio; puedes ser madre por el lógico hecho de ser mujer, joven y fértil... luego entonces ¿quién se atrevió a decir qué sólo a través de una condición básica y definitoria de la mujer, es cuando te realizas? Me parece incluso un argumento machista, a fin de que aquella que se afana profesionalmente no lo disfruten e incluso se sientan culpables o disminuida sino has ejercido como madre. Por supuesto la familia ejerce una presión terrible a embarazarte, pero la realidad es que la maternidad te encadena a una serie de obligaciones y responsabilidades para las que ninguna estamos preparada; nadie nace sabiendo ser madre y sólo hasta que lo eres, te das cuenta en lo que te has metido; nunca más pensarás en el yo, ahora te afanarás con el nosotros y que tu vida girará en torno a los otros. Así es que piánsalo para que cuando asumas esa gran responsabilidad sea con el conocimiento de causa y después no sientas que te engañaron.

Otro es el factor profesional. Al menos en México le dedicas un mínimo de 16 años a la escuela, de la primaria a la licenciatura. En los recintos educativos constantemente te repiten que la educación es el camino de la superación, que la información te da poder, que el aprender te abre puertas y conocimientos... todos los argumentos posibles que te ayuden a desplegar tus alas; así las cosas, eliges una carrera que te apasiona y significa, surcas el cielo, te sientes plena como profesionista, económicamente útil, incluso, algunas, comprometida con el desarrollo de tu país. Pero de pronto ¡paf! como en muchos casos, la mujer renuncia a todo para dedicarse al hogar. Es como por tu propia voluntad, hubieras aceptado los grilletes. Y vienen las tardes de tristeza, anhelando, pensando que desperdicias tu vida entre cuatro paredes... miras el cielo, el horizonte, el firmamento, tal lejos y tan cerca.

Otro elemento a destacar es la elección de la pareja. Al parecer en una edad de nuestra vida, obvio antes de los 30, a las mujeres nos empieza a pesar el reloj biológico, así como los discursos y estructuras sobre "como debe ser la vida" de una mujer. Desde hace siglos nos han dicho que la única forma "correcta" para criar a los hijos es el matrimonio; así nos precipitamos en nupcias con alguien a quien no necesariamente complementamos y quien por supuesto, no es nuestra mejor opción. Es decir, a lo mejor la boda sólo se efectuó porque él es hombre y tú mujer, deslumbrados por la estela del romance, la atracción, el deseo, el sexo... pero no son pareja. Es más y como ya había dicho en otro post, muchas historias, incluso de las que yo misma he tenido, se fueron tramando motivadas no por amor sino por miedo: a la soledad, a la crítica, por una previa desilusión...

Ahora agreguemos el feminazismo. ¿Por qué no empeñamos en formar bandos de hombre contra mujeres? ¿Por qué no dialogamos? No entiendo ese odio por el hombre o la misoginia y mucho menos esa necesidad de ser super mujer ¿qué espero demostrar; o mejor dicho, qué es lo que me hace falta que me hace correr en pos de ideas y discursos fuera de mi propia realidad? Ojo y digo feminazismo porque me queda clarísimo que el movimiento en favor de los derechos de la mujer se gestó y mantiene porque seguimos ganando menos respecto a los hombres y por supuesto, en muchas partes del mundo, muchas mujeres vive en condiciones degradantes y tiranizantes, se les discrimina e incluso asesinan, como en Ciudad Juárez Chihuahua, lo que ha merecido el término de feminicidio. Pero he llegado a creer que esa condición de super mujer nos tiene al borde del colapso ya que somos amigas, esposas, amantes, madres, compañeras, consejeras, trabajadoras de tiempo completo, profesionistas, amas de casa, ciudadanas... etc, etc, etc... ¿y el hombre? Sigue ejerciendo y, desde hace siglos, cumpliendo con una meta básica: el de proveedor; incluso hay muchos que ahora se relajan ya que saben que las mujeres se afanarán para que nada falte en el hogar que los dos comparten.

Así las cosas piensa, analiza, plantéate escenarios, trázate mapas mentales para que desde distintas aristas veas la consecuencia del paso que darás. Avanzas hacia un destino pero ¿es porque tú quieres o es socialmente impuesto? Entre 2 las cosas no sólo son cuestión de atracción; es además de equilibrio, complemento y de dos seres dispuestos a crecer juntos y separados, respetar y conciliar.

¿Qué me sirve y qué desecho de todos esos paradigmas? Esa es parte de la reflexión que cada quien hará, pero lo que si es un hecho es que erróneamente hemos ido nadando de "muertito", inmersos en paradigmas y estructuras tan hechas, que ya va siendo el momento de aceptar lo que te sirva de todo ese marco de referencia impuesto, para empezar a pensar por tí misma y entonces ser feliz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que el problema principal es que creemos que la felicidad esta en la pareja. La felicidad esta dentro de nosotros mismos, y depende enteramente de nuestras actitudes mentales propias. Cuando le quitamos esta enorme responsabilidad a la persona con quien intentamos relacionarnos es cuando dos que se juntan por voluntad propia pueden ser realmente felices.

- Giselle
http://www.myspace.com/gisellerodriguez

Unknown dijo...

Amiga, a propósito de tu nuevo blog, que espero genere abundante comunicación, más que comentario, quiero compartirte tres correos en los que he estado involucrado y tienen que ver con el asunto que tratas. El primero es un correo que me envían cuasimasivamente, con ese tono ligero, trivialón, inocuo aparentemente, y puede que lo sea efectivamente, pero me propuse responderlo para aportar un comentario, una visión, solamente; en mi respuesta, que es el segundo correo, trato de hacer eso, comentar y sugerir otra perspectiva, pero resulta que no obstante mi advertencia de que se trataba sólo de una sugerencia para ver las cosas con otra mirada, fui tachado (en el tercer correo) de azotado, de que me lo tomaba muy a pecho, y me decian que debía tomarlo más a la ligera, y realmente no era para tanto, más bien pienso que efectivamente algo moví que se pusieron, ellos sí, muy serios y ofendidos. Ahí te van, pues:

1.
El cuento más corto y más bonito que has leido en tu vida:
Habí­a una vez una muchacha que le pregunto a un chico si se quería
casar con ella... El chico dijo "no"...
Y la muchacha vivió feliz para siempre:
sin lavar, cocinar, planchar para nadie, saliendo con sus amigas, tirándose al que le daba la gana, gastando su dinero en si misma y sin trabajar para ninguno.
FIN
El problema es que de chiquitas, no nos contaban estos cuentos.....
Y.......... NOS JODIERON!!!!!!!!!!!!
CON EL PINCHEEEEE PRINCIPE AZUL......!!!!!!!!


2. (Mi comentario)
Está bueno, pero digamos que es un poco "hembrista", ¿no?, como una versión femenina de machismo; yo creo que existimos muchos hombres que no entendemos la pareja como una relación de subalternidad ni de hombres contra mujeres ni de mujeres contra hombres, sino como relaciones horizontales, solidarias, amorosas, creativas, inteligentes. Si no es así, los dos géneros pueden echar pestes del otro, porque no crean que sólo las mujeres (reconozco que les ha tocado estadística e históricamente el peor papel) padecen esas relaciones jerárquicas; también existen muchas situaciones hostiles y denigrantes del rol masculino. Igualmente podríamos construir otro cuento corto donde la víctima sea el hombre, ¿qué ganamos peleándonos? Pero bueno... el propósito no es generar polémica, sino sugerir abandonar el discurso de agresión entre géneros y promover nuevos tipos de relación cuyo único motivo de vínculo sea el verdadero amor, no la dependencia económica, psicológica, social, no las patologías de diverso tipo. En fin, sugerencias, pues. Sólo hay que atreverse a relacionarse de otro modo, es escaso ese tipo de relaciones, pero se puede. Deveras.


(Y tú ya conoces, querida Marisol, mis reflexiones sobre el amor)

3. (La respuesta a mi comentario)
Me sorprende tu comentario. En ningún momento tuve la intención de que algo gracioso (para mi) causara una reacción tan defensiva. No es común que reenvíe cadenas, ni soy una feminista agresiva sólo pretendia compartir algo que me agrado. Comparto tus puntos de vista, pero me gusta burlarme de muchas cosas: los roles, las buenas costumbres, las reglas y todos los etc. que me faltan. Y reconozco que no era mi intención enviartelo ya que aún no tengo tanta confianza contigo (lo digo por algunas palabras antisonantes que tenía el mensaje).
Ahora bien, podemos acordar los temas que no puedo enviarte y listo . Un poco exagerado... la verdad me senti un poco agredida, ¿tú también? Creo que no nos conocemos y comentarios poco precisos se pueden malinterpretar. Sé que podríamos entrar en una conversación muy extensa al hablar de los grandes o pequeños detalles que cada uno observa y el mensaje trae a colación, pero será un día en el que tengamos oportunidad, ya que este medio no me parece el más adecuado.

Saludos
Pd. No lo tomes todo tan en serio


¿Cómo ves, Marisol?, cómo se ve este intercambio ciberepistolar desde los 30, he de aclarar que mi interlocutora es una alumna perteneciente a los 20.

Unknown dijo...

Te quiero hacer un comentario al comentario anónimo que tienes ahí.

Creo que es un error de reflexión, un mito, casi un comercial muy propio de la visión egoísta propagada por el capitalismo contemporáneo y ancestralmente por el catolicismo "individualizante". Es decir que ciertamente la felicidad personal es cosa de uno y nada más, pero la felicidad de la pareja es, consecuentemente, de la pareja. Una realidad es que alguien pueda ser feliz en su interior independientemente de la pareja o incluso a pesar de ésta, y otra que ambos estén en la misma sintonía de propiciarse felicidad mutuamente. Como te digo en aquel texto que publicaste, el amor pleno, horizontal, es escaso, pero no por eso vamos a aceptar una única salida individualista, que considere que el amor sólo se construye por uno; no, el amor hacia los otros, hacia el otro, es por su propia naturaleza algo que debe salir de nosotros para hacerse realidad en el encuentro con esa otredad; el amor no es el foco, sino la luz del foco que llega al otro y lo calienta y se retroalimenta; si la luz del foco se pierde en una oscuridad infinita, si no se refleja, efectivamente se pierde. La felicidad dice tu comentadora Giselle, está dentro de nosotros mismos, sí, es verdad, pero si no sale y se comparte, no sirve. Entonces, una cosa es el amor hacia sí mismo y otra el amor que se derrama, que ilumina, que se comparte. Claro... la maravilla del encuentro se da cuando los dos integrantes de la pareja están en la misma actitud. Aunque no soy religioso, ¿sabes que por eso la unión de dos personas es el mayor sacramento?,porque la verdad es un milagro que dos se entiendan y se quieran.