lunes, 30 de julio de 2007

Si en el camino nos encontramos...

Recientemente platicando con una amiga mucho más joven que yo, egresada de mi misma facultad luego entonces compartimos ciertos marco de referencia académica e ideológico, hablábamos de lo complicado que es establecer relaciones durables con un hombre, no por falta de oportunidad, sino por el terrible vacío que forman los que se supone está contigo… y entonces se preguntó “¿es que no existe nadie para nosotros?” y pensarlo me dio escalofrío…

¿Ah qué se debe tal desasosiego? No sólo a la noble empresa de ser mujer y no morir en el intento, sino también a que en el corazón de ciertos hombres y ciertas mujeres, hay mucho de ilusión y romance pero sobre todo, una profunda necesidad de compartir con el compañero(a) la preocupación por cosas mucho más sublimes que el antro de moda, el look de ocasión, el auto fuera de la casa en los suburbios.

Y todo esto me llegó mucho más adentro porque estoy recopilando cierta información sobre el making off de la peli Diario en motocicleta y pienso en cómo se forjan hombres como Ernesto Che Guevara, que se mueven por valores muy altos, por convicciones muy profundas, por una anhelo de justicia…

Leía que luego de una celebración en su honor organizada en el leprosario de San Pablo, dirigió las siguientes palabras a sus anfitriones:

Creemos, y después de este viaje más firmemente que antes, que la división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia. Constituimos una sola raza mestiza, que desde México hasta el estrecho de Magallanes presenta notables similitudes etnográficas. Por eso, tratando de quitarme toda carga de provincialismo exiguo, brindo por Perú y por América Unida.

Al regresar a Buenos Aires, Guevara redactó unas notas de viaje en su diario en donde, entre otras cosas subrayó:

El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, "yo", no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra "Mayúscula América", me ha cambiado más de lo que creí.

Una revelación que pesa, pesa mucho, sobre todo recientemente que decidí retomar las salidas con amigos, ya sabes, ir de aquí para allá, entre bares y antros donde la risa es fácil, la noche larga y la diversión efímera como el humo del cigarro, pero luego de un par de meses de actividad, me pregunto ¿qué es lo que estoy haciendo ahí?

Una de las cosas más singulares de este salto cuántico es que por supuesto, la gente que anda de francachela es superficial… y me he dado cuenta que los jóvenes (menores de 25) son apolíticos, indiferentes a lo que los rodea, cegados por el dominio de ciertas tecnologías que les permite sentirse poderosos… y es una pena escucharles que el mundo no les importa ni lo que en este suceda y que lo único que esperan es la siguiente novedad de esta sociedad de consumo e industria cultural… y a veces quiero creer que esta superficialidad es sólo en las ciudades, que en el campo, en donde la vida es dura y correosa, las cosa son distintas…

Y esta nostalgia de hombres y mujeres de entrega y empuje, igual me ha surgido ahora que he estado leyendo la biografía novelizada de Pancho Villa de Paco Ignacio Taibo en donde refiere sobre el centauro del norte (p. 45 y 46)…

“Villa gozaba de muy poco reconocimiento social en su época de bandolero, a lo más de una red, extendida a todo lo largo de Chihuahua y el norte de Durango, de contactos, compadres, cómplices, compinches, amigos, beneficiados sueltos que recibieron una vaca, un puñado de pesos, una máquina de coser. Su reconocimiento era el de un personaje que cambiaba de nombre y de vida con frecuencia, desaparecía por largas temporadas, cambiaba de oficio. En sus acciones hubo poca generosidad hacia los pueblos; robó a los hacendados pero no los confrontó; mató rurales pero no organizó su destrucción; robó a los ricos, pero pocas veces para entregar a los pobres.

Si bien no construye reconocimiento social en esos años, si construye la red y la ética, las reglas de juego y el odio a la oligarquía. La palabra se cumple, no se traiciona a un compadre, no se le roba a un pobre (a no ser que haya extrema urgencia, porque además hay poco que robar), no se roba a la mujer y si en cambio se le seduce, se casa una con ella, por la iglesia, por el juez, con varias si es necesario; no se respeta a los ricos ni a los curas sino a los maestros de escuela; se protege a los niños.

(…)

En una sociedad en la cual los hacendados ejercían el derecho de pernada, se azotaba a los grandes “infractores”, se robaban las tierras de las comunidades mediante falsos deslindes, se arrancaban los derechos históricos de pasto y agua; en la cual lo rurales y la Acordada eran un grupo de pistoleros con casi menos ley que la de los hombres a la que enfrentaban; en la cual por deudas un hombre era condenado a ser arrancado de su tierra y servir al ejército en guerras de exterminio contra las últimas rebeliones de indígenas; en la cual la legalidad republicana la presidía un dictador que se reelegía fraudulentamente, ¿quiénes eran lo bandoleros? O más bien, ¿porqué tienen que ser más amables y socialmente aceptable el bandolerismo burgués que el de los pobres del campo?”


Así las cosas me pregunto ¿qué es lo que ahora le preocupa a los hombres y las mujeres? Me siento profundamente hastiada de pláticas insulsas, de “bien, ¡¡wow!!, eres un ganador…” ya sabes, palabrerías de motivadores que como sanguijuelas se entronizan como los nuevos mesías, entre los miles y miles de cerebros adormecidos por las sociedad de consumo y la industria cultural del nuevo milenio, en donde lo cool es ser globalizado, hiper alivianado y comer productos light empacados en materiales biodegradables…

Y a veces en las noches, yo levanto los ojos al cielo y me digo que si esta misma luna ha visto pasar tantas vidas, tantos medievos y renacimientos ¿por qué en este inicio de siglo no puede pasar?...

Qué lejana es esa época de los hombres y mujeres que nos dieron patria y que hicieron de su vida una epopeya, un magnífico manto entretejido con el ustedes y nosotros…

sábado, 14 de julio de 2007

El amor de mi vida


Cuando eres niño o niña y si tienes suerte de vivir en una familia funcional y unida, no hay nada que te reconforte más que estar entre los brazos de mamá y papá, con quienes te gusta compartir, jugar, salir de paseo... es decir, existe una química perfecta, almas gemelas; todo es "nosotros"...

Luego llega una periodo de ruptura con los padres, entendible y necesario porque estás buscando tu lugar en el mundo y ellos son símbolo de la autoridad opresora que no permite dejar fluir tu alma y quieren atrapar tu espíritu libre; no te entienden, no te comprenden, los odias, el mundo está loco; ahora son "ellos vs yo"; estás tan sólo que ni Dios te escucha.

Pero luego de que tienes 30 o más, e incluso si ya has sido padre, la calma reaparece y si eres justo, te das cuenta de que te pareces más a ellos. Es así como te encuentras en armonía en su compañía; no es que dejen de existir ciertos claroscuros, pero incluso estás cómodo en su presencia. Ahora todo es "ustedes y nosotros", codo a codo, mano a mano, porque somos muchos más que dos.

Yo actualmente así me siento con mis padres. Luego de pasar por un periodo de mucha tormenta en mi vida, que incluso amenazo literalmente mi existencia, les propuse a mi papá y mi mamá que nos fuéramos de viaje al caribe mexicano, lo que resultó ser de descubrimiento y de reencuentro.

Un momento especial fue cuando mi padre y yo nos decidimos hacer el recorrido a nado por el río en Xcaret. Usualmente la gente ignora las advertencias de "si es cardiaco, diabético, esquizofrénico... asesino en serie, haga uso de las instalaciones bajo su propio riesgo". Yo no pude ignorar un letreo así enorme que está la entrada del río; mi padre y yo los dos lo vimos con temor, además de que él ya no es un jovencito; sin embargo seguimos adelante.

Nos proporcionaron todo el equipo y cuando estábamos ingresando al agua, un chavo (obvio, del lugar) nos dijo que nos tomaría una foto que al final del día podríamos recoger (previo pago claro está). Nadamos no sé cuantos metros sean de agua fría; al final de recorrido todo salió bien y cuando acabó ese día genial, recogimos la foto y es una de las más bonitas que me han tomado en mi vida, porque además de que estamos al natural (sin maquillaje, peinado o glamour), la sonrisa, mirada y actitud de los dos es muy especial: fue algo que hicimos juntos, él y yo, que nos demostró que todo lo que habíamos pasado ya se había quedado atrás y que estábamos ahí gozando de la vida.

Como hija yo adoro a mi padre. El vínculo que a él me une es eterno, indestructible, está al margen de todo el universo. Además, he aprendido, que en verdad mi padre es el único hombre que jamás me traicionará...

Si tú tienes a tu padre no la pierdas por rollos presentes, no permitas que gente y eventos ajenos al amor que se tienen, los separe. Un padre es lo más maravilloso que una tiene, evocarlo perfuma e ilumina tus recuerdos de la infancia.



jueves, 12 de julio de 2007

Me convertí en luz para recorrer el universo.

Universo
inmutable
frío
perfecto
preciso
revela contradicción
complejidad
caos
y en su secreto se volvió humano.

Como todos los hombres y mujeres

soy acróbata de una danza cósmica
en el mundo real
diseñado con partículas
actúo e interactúo
creo y destruyo
así hasta el infinito.

El corte es tajante
entre lo que es y no es.
Los sentidos
en excitada percepción
del sin fin de elementos
que componen la materia

y me muevo,
ajena a lo todos
al compás de mis deseos
asombrada ante la fría
pero conmovedora belleza de lo eterno
lo inconfesable
fin y principio
en armonía
sin directrices
sólo ser.

Me aparto del tiempo que me hizo esclava
en adelante y regida por mis sueños
en mi relatividad me transformo
en mi decisión
en mi proyección
¡me he liberado!

Quienes me aman
lamentan mi separación espacial,
pero interactuamos
y sus actos, sus anhelos,
también se reflejan en mí
alteran mi comportamiento
y nos une el tiempo, el espacio,
la certeza del destino...

Abrumados por los límites
nos negamos la posibilidad del infinito
descubriendo mi alma
que sin duda permea las circunstancias
mi yo surgirá
sin deterrarme del aquí y el ahora.

Y así sucedió:
me convertí en luz,
recorro el universo,
conservo mi espíritu surrealista
y actúo sin definición física.

En el principio

Es el día del inventario
de un alma solitaria
en la oscuridad
de una noche de luna llena

que se evadió
en su ensoñación carcelaria
que se asfixia
pero se niega oxigenarse con aire fresco

es el alma
de un hombre
mujer
heterosexual
homosexual
bisexual
de cualquier lugar del mundo
credo
color
ideología
condición social

quien va coloreando
todas y cada una
de las letras
del abecedario
y que unidas
forman las historias
que suele contarle al vació
en las noches de luna llena

es un alma
que mora
dentro de un ser aterrado
quien teme a la luz
que se cuela
por todos los resquicios
de su coraza...

Pero pronto amanecerá

y en la tibia claridad
le urgirá la prisa
por púdica sensación
de su desnudez

desconcertante transformación
bulle en su interior.
Maravilla las otroras tinieblas
que iluminan

las luz de la luna llena.

Fragilidad que le renueva
sin barreras
romperá con el ayer
con el ahora
por sí misma
por quienes la esperan
por recuperar
su condición humana.

miércoles, 11 de julio de 2007

Que siempre te ilumine.

Escuchaba el estribillo de la canción de Judith de Silvio Rodríguez (Érase que se era, 2006). Dice:

"Cuida bien tus estrellas mujer,
y que nunca las pierdas..."

¿A qué se refiere? Luego de analizarlo me quedó claro que es la analogía perfecta de lo que a veces sucede después de los 30. Me explico: cuando nacemos, por nuestra humanidad somos provistos de muchas cosas mágicas y misteriosas como el amor, la emoción, la ilusión, la creatividad… y entonces es como si durante un periodo de tu existencia despidieras polvo de hadas. En esa época de tu vida todos te mueve, te ilusiona, te invita a soñar... pero un día no nos queda nada; ¡hemos dilapidado todo nuestro polvo de hadas!...

Por dolor.
Por decepción.
Porque ahora sabemos.
Porque no lo conseguimos.
Porque el mundo es así.

Como en la historia que voy a referirles…

Recientemente me reencontré con un amigo de la Universidad, o sea once upon to long ago… de la época del país de nunca jamás, de cuando los sueños significaban.

Él me gustaba. Nunca pasó de besos robados y de intensos diálogos en los que me llevaba al extremo de las emociones. Ya entonces yo suponía lo que ahora me hizo saber: su preferencia sexual por los hombres pero sobre todo, que fue la mayor sorpresa, su tendencia a la maniaco depresión. Lo que platicamos se me hizo nudo en la garganta.

Me contextualizó. Dijo que durante las primeras dos décadas de su vida, en las que no definía su preferencia, creció con ciertas estructuras: la familia, la pareja, en algún sentido la monogamia, los hijos… Luego de los veinte años y después de conocer gente que le significó mucho emocionalmente, al tiempo que le pasaron cosas que cambiaron su universo, digamos seguro (salir de la Universidad, empezar a trabajar, sumergirte en universos despiadado de mucha competencia) devino una fuerte depresión que lo llevó a terapia y finalmente su médico le detectó que es maniaco-depresivo.

En ese proceso el psicólogo lo fue guiando pero le advirtió que debería aprender a manejar sus emociones ya que si lo medicaban, le darían vuelta a todos los fármacos para finalmente no solucionar su problema con el peligro de que se suicidara… y bueno, mediante técnicas ha logrado mantenerse en la manía más que en la depresión.

Otro punto interesante es su vida amorosa. No es un caos ya que a tenidos dos parejas más o menos estables, una con la que estuvo 6 años y otro 3 años, pero el punto aquí y lo cito textualmente es que habita en "el universo más desestructurado que existe” lo cual a él le produce conflicto dado las estructuras en las que el creció; es como un ente extraño en un cosmos que diariamente se reescribe…

En ese punto de la conversación yo ya sentía mucha tristeza ya que entendí muchas cosas: sus silencios, sus hosquedades, sus cambios de carácter y me hizo rememorar cuando nos conocimos. Recuerdo que me encantó por su sonrisa que es una como lluvia fresca, pero especialmente porque irradiaba mucha, mucha luz… como si viniera de una estrella, de su estrella. Y esa luz en él, en el momento en el que lo reencontré, es apenas una pequeña flama.

Me dieron ganas (bueno, no me quedé con las ganas) de darle muchos abrazos, pero me hubiera gustado compartirle un pedacito de sol, un mucho de ternura, un por ciento de ilusión, tener un poco de esos polvos mágico de las hadas que arriba hablo y entonces rociarle y hacer que otra vez su que su estrella encandeciera… Pero no puedo hacerlo y eso me dolió.

Pienso que los amigos que compartieron contigo esa época de ilusiones y pureza (como yo veo los años de estudiante) es como si al dejarlos ahí y evocarlos, de alguna manera los estuvieras protegiendo de los sinsabores del mundo, porque los ubicas en tus sueños por siempre jamás de Neverland: sonrientes, bellos, sanos, ilusionados, enamorados… Reencontralos, saber cuánto han sufrido, verlos incandescentes me fue muy fuerte... tal vez porque en él vi reflejado un poco de mi…

Pero esta historia tiene una parte muy buena: nos hemos visto tal y como somos ahora y no obstante, me sigue pareciendo maravilloso. Y creo que nos seguimos importando. Nos hemos vuelto a reconocer, a ver, abrazarnos y eso ha sido una maravilla.

Y por supuesto sigue siendo el hombre adorable que conocí, súper varonil y con esa sonrisa que explota en carcajada y que me encanta…

lunes, 9 de julio de 2007

Mafalda

De las muchas utopías que el mundo forjó en la década de los sesentas, sin duda una de las más hermosas es la visión de la realidad que Mafalda nos comparte y que a muchos nos procuró una suerte de filosofía...

Creada por Joaquín Salvador Lavado: Quino, Mafalda empezó a publicarse el 29 de septiembre de 1964 en la revista Primera Plana (Argentina). De ahí pasó en marzo de 1965 al diario El Mundo, de donde salió hasta el cierre del periódico, el 22 de diciembre de 1967. Ya entonces Mafalda era recopilada en libros que editaba Jorge Alvarez y que llevaban vendidos 130.000 ejemplares. La primera edición, de 1966, había agotado 5000 ejemplares en dos días. El Mundo cerró en 1967, cuando la mamá de Mafalda estaba embarazada de Guille. El 2 de junio de 1968, cuando la tira comenzó a publicarse en Siete Días, el Guille había nacido. En 1972 es decir a diez años del nacimiento del personaje, Quino decidió no volver a dibujarlo... Diez años. Curiosamente el mismo periodo de existencia de The Beatles...

Y si Mafalda viviera tendría más de treinta. Proviene de una generación que creció con muchos miedos : la guerra, las diferencias raciales, los derechos de la mujer, las expectativas hacia el futuro... pero también la esperanza y la ilusión de paz y amor.

Este es un pequeño homenaje a una de las más hermosas ilusiones de la niñez de los que tenemos más de treinta.














viernes, 6 de julio de 2007

Aprendiendo a vivir


Recientemente, andando por ahí, recordé una canción apoteósica: Aprendiendo a vivir, en su versión altamente recomendable que canta Miguel Ríos con letra de Joaquín Sabina y Antonio Vega. La rola es intensa, por su ritmo, interpretación y métrica.

Han pasado ya tantos años de esa época que narra, pero sigue siendo muy vigente... me emociona recordarla porque es todo un himno, un canto generacional.

Cuando eres adolescente justamente como dice la rola: quieres ser mayor para escapar para vivir. Estás pasando por una etapa en la que vives con las emociones a flor de piel y sientes que aún no tienes las herramientas suficientes para enfrentar lo que vengas; “ya madurarás” te dices y te afanas, te aferras, te reinventas y hay veces que sólo recoges tus pedacitos…

De pronto, cuando ya tienes treinta y tantos, te das cuenta que esta vida siempre es la misma; se supone que debería estar en la cima del mundo… pero sólo has escalado una cresta para iniciar nuevamente el ascenso…


Ahora estoy convencida que así es la vida: hay que aprender a vivir... “aprendiendo contra y viento y marea siendo yo…”

Canción: Aprendiendo a vivir
Canta: Miguel Ríos
Letra: Joaquín Sabina y Antonio Vega

Ese niño que fui yo,
que se parece tanto a ti
el que quería ser mayor
para escapar, para elegir.

Potro del sur, ebrio de luz
aprendiz de jugador
el mundo no era más
que un imposible rock and roll.

Misa de doce, patio de un cuartel
ovejas negras, niños bien.
hoy todo estaba decidido,
regularon nada daba acción
a los chavales como yo.

Ese joven que soy yo
que se parece tanto a ti
aun conserva en su interior
algo del niño aquel que fui.

Ese tipo corazón, lo va a deshojaral fumar la pipa de la paz.

Al igual que tu,

si me mantengo a flote
ha sido porque
nunca he dejado de nadar.

Aprendiendo a vivir, aprendido a saber decir que no.
Aprendiendo a sufrir la saliva de la incomprensión.
Aprendiendo a viviren este siglo feroz.
Aprendiendo a seguircontra viento y marea siendo yo.

Ese tipo corazón...

Aprendiendo a vivir, a coger en marcha el autobús.
Aprendiendo a leeren los ojos de la multitud.
Aprendiendo a vivir amando contrar reloj.
Aprendiendo a seguirel compás de la imaginación.

Aprendiendo, a vivir...

jueves, 5 de julio de 2007

De princesas y villanos.


Ya vi Shrek 3. Me fascinó. Me reí mucho y me encantó su fina mezcla de rock y cultura pop, con los cuentos clásicos de nuestra infancia, elementos ya característicos de este filme y que en mi opinión, son los que lo han hecho tan irresistibles para los adultos contemporáneos.

De las muchos hilos argumentales que a lo largo de la cinta se entretejen, dos me gustaron particularmente y que en este blog quiero destacar: El primero es cuando las princesas Rapunzel, Blanca Nueves, la Bella Durmiente y Cenicienta interactúan con Fiona, dejando ver con sus acciones, mucho de lo que las mujeres aprendemos a los largo de nuestra vida. Por ejemplo, ante la feliz noticia de que Fiona está embarazada, le organizan un babyshower y hay que ver el intercambio de sarcasmos y descalificaciones de tan “bellas” señoritas. Todas son "lindas", "bien portadas" y "adorables", no obstante, no dejan de minimizar a la de a lado y la de enfrente. ¡Es una sinfonía! A su vez, después de que son capturadas y encerradas en una celda (no revelaré muchos detalles del por qué para no echarles a perder la historia a quienes no la han visto), Fiona les dice que “hay que hacer algo”; todas asienten, se alistan en sus posiciones y se quedan en una sola pieza. Fiona les pregunta qué hacen y responden que están “esperando ser rescatadas”…

Y ese es un punto clave de la educación de la mujeres: esperar a ser rescatas, a ser incluidas, a ser amadas, a ser apreciadas… esperar a... todo a partir de los otros y no por nosotras mismas. Cuando una es niña el juguete clásico que los padres nos regalan es un bebé. Así, poco a poco la niña se lo toma muy en serio, lo lleva a todos partes consigo, lo procura, lo cuida, lo alimenta... ya que es su responsabilidad. Lo que de esto se infiere es que nosotras nacimos para dar, prodigarnos, pensar en los demás, entonces se exalta la figura de la madre que es capaz de sacrificarse por todos sin pedir nada a cambio y quien asume el papel de “ama de casa” que nadie respeta, aprecia ni es redituable. Pero aún: cuantas mujeres conocemos que luego de veinte o treinta años de matrimonio se divorcian y se ven completamente desprotegidas y sin una sola prestación (seguro médico, retiro, pensión…) que hubiera recibido en otra clase de trabajo.

Craso error pues ser madres es nuestro don, nuestro derecho y privilegio. No una carga ni mucho menos un sacrificio. Por eso pienso que es una pena que como princesas, en verdad esperemos a ser rescatada y no que nos demos cuenta que el mundo también es nuestro.

Y a diferencia de las mujeres, cuando los hombres son niños lo que los padres les dan como juguete es una espada y de esa forma les están diciendo que hay un mundo que espera por ser conquistado. Jugando, blandiendo su florete derribando molinos, venciendo dragones, conquistan reinos que ennoblezcan su persona. Y así lo hará en el mundo real, ese niño que luego se convierte en hombre, hasta el final de sus días…

Las mujeres deberíamos de aprender un poco más de ellos y salir a conquistar al mundo. El primero es nuestro mundo interior en el que habría que cambiar los paradigmas con los que hemos crecido. Así como ellos han decidido dejar salir su parte femenina, ahora a nosotras no nos caería mal un poco de testosterona para no esperar a que nos recaten sino a hacer equipo con él.

Por otra parte, les decía que el segundo hilo argumental que me gustó es la que refiere a los villanos de la historia. Es cierto, en todo cuento infantil es importante que los niños entiendan que los valores más altos son los que siempre deben imperar y que al final el bien siempre triunfará, por lo cual las cualidades negativas del antagonista se maximixan para que en el momento en el que recibe su castigo, quien escucha el cuento diga “yo jamás seré malo”. Eso está muy bien, pero yo me uno ¿qué es lo que llevó a todos estos sujetos a ser tan malos? Y nadie jamás en público -sólo hasta que lo hizo el Príncipe Encantador- preguntó de las motivaciones de los villanos.

Por supuesto es políticamente incorrecto considerar al malo y no puedes confiar en un sujeto como Encantador quien -otra maravilla de la cinta- es en verdad todo un epitome de la clase de hombre del que una mujer no debes enamorarte (y sin embargo ¡ash! lo hacemos), pero al margen de eso, pienso que “los buenos” deberían de tratar de entender a “los malos” lo cual revelaría no sólo su nobleza si no que sería tratar un problema de fondo. Además, todo el mundo puede decir y esperar sobre ti lo que quieran, pero sólo tu tienes la decisión de hacer tu elección y como ya descubrieron, estoy parafraseando a Arturo, quien desde ese momento mostró su preclara descendencia y linaje.

Y así como estas dos elementos que destaco, hay muchos en un filme que no todos califican como una entrega excelente de la zaga, pero una película tan popular no está exenta de ser criticada. Justamente la propia concepción de Shrek invita a la reflexión, desde el protagonista del filme: un ogro, un antihéroe.

Pero lo que es cierto y en lo que todos coincidimos, es que Shrek es sin duda es una joyita de la cultura pop del siglo XXI.